viernes, 29 de agosto de 2008

Una buena noticia.

Foto: © Hèctor Benedito


Las agencias de prensa se encuentran que a menudo han de comunicar lo que el cliente quiere sin valorar realmente el comunicado como noticia. Eso conlleva que; por una parte el cliente cree que de esta manera 'dirige' la agencia, que 'hace que el cliente se sienta contento', pero, por el contrario, no se cumplen los objetivos reales: 'que el periodista/medio publique la noticia'. Luego se envía al cliente un informe donde algunos medios gregarios sí han publicado la noticia, y todos contentos.
Sin embargo una agencia que se precie debe 'enfrentarse' al cliente y proponer, o bien otra noticia o bien otro enfoque, de manera que el periodisa/medio reciba de buen grado la noticia. Así la agencia no actua únicamente como relaciones con la prensa si no que se convierte en un auténtico asesor.
Evidentemente no se deberá pues valorar el trabajo en términos cantitativos si no más bien en términos cualitativos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo: el objetivo no es aparecer en cualquier medio y a costa de lo que sea. Una agencia exigente debe valorar si la información que le proporciona su cliente es realmente noticiable. Y si no lo es, es conveniente no enviarla a los periodistas.
De esta forma se respeta el 'triángulo' de intereses en el que las tres partes ganan: cliente, agencia y medios de comunicación.